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Ejercicio Físico


Resultado de imagen para ejercicio fisicoEl ejercicio físico es nuestro mejor seguro de vida ya que nos ayuda a controlar algunos factores de riesgo como la hipertensión el colesterol o la diabetes, además fortalece nuestro corazón y nos ayuda a controlar nuestro peso. Un ejercicio moderado y continuado mantenido durante 30 minutos y practicado entre 3 y 5 días a la semana es algo que deberíamos mantener en nuestra vida como un hábito saludable indispensable.
Muchos pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) creen que no deben realizar ejercicio físico y mantener un cierto reposo pero esto es debido al desconocimiento con respecto a qué tipo de ejercicio deberían hacer, como realizarlo y con qué frecuencia realizarlo. Sin embargo es importante que sepan que el ejercicio moderado no solo va a ayudarles a eliminar factores de riesgo que pueden ir unidos con el tiempo a la enfermedad si no que les va a hacer sentirse más fuertes en su día a día y con un mejor estado de ánimo para enfrentarse a las limitaciones y los tratamientos que exige la enfermedad. Llevar una vida lo más completa posible y normalizar nuestro día a día es importante para sentirse más fuerte física y psicológicamente y si incluimos el ejercicio en ella esto resultará más fácil.
Vamos a aclarar una serie de dudas qué le pueden surgir al paciente renal crónico con respecto al ejercicio, ya que teniendo las ideas bien claras podremos decidir qué tipo de ejercicio queremos hacer y cuando lo podemos hacer.
·          En cuanto al tipo de ejercicio que debemos hacer lo ideal es combinar un ejercicio aeróbico en el que trabajamos los grandes grupos musculares durante un tiempo ( 30 minutos) controlando bien nuestra respiración: caminar, nadar, bailar, jugar al tenis, montar en bici (estática o de paseo), etc., con ejercicio de fuerza o tonificación en el que utilizaremos elementos que nos aporten resistencia como pesas (no más de 1 kg), gomas elásticas, pelotas de goma espuma, etc., utilizando siempre poca resistencia pero realizando muchas repeticiones para definir bien nuestra musculatura, consiguiendo un buen tono muscular pero sin fatigarnos.
·         Ante la duda de cuándo es mejor realizar ejercicio físico la respuesta es que cada persona debe buscar el momento en que mejor se encuentre para realizarlo, y el momento en que sus otras actividades se lo permitan. Las ventajas de realizar ejercicio por la mañana es que ayudamos a nuestro metabolismo a ponerse en marcha y acelerar el proceso de quema de grasa que permanece durante las horas siguientes a la práctica del ejercicio, además nos llena de energía, activa la circulación y nos prepara para afrontar las actividades diarias.
·        La frecuencia a la hora de practicar ejercicio debe ser continuada es decir realizar ejercicio aeróbico a diario (aunque sea una ligera caminata de media hora), y el ejercicio de fuerza se debe realizar en días alternos para permitir que los grupos musculares que hemos implicado en el ejercicio descansen y se recuperen del esfuerzo realizado.
·      El límite del esfuerzo físico durante el ejercicio lo debe decidir cada persona según su edad, y su condición física. Debemos saber controlar nuestro esfuerzo y una forma muy sencillo de hacerlo es poder mantener una conversación mientras realizamos el ejercicio, de esa forma sabremos que nuestra frecuencia cardíaca es la óptima para que el ejercicio sea realmente beneficioso y que nuestra respiración es la correcta.
·        Debemos detener el ejercicio cuando sintamos que no podemos respirar bien, que tenemos calambres en las piernas, que de pronto tenemos latidos irregulares o un pinchazo desconocido en nuestro pecho, náuseas o vómitos.
·     Siempre antes de comenzar una rutina de ejercicio debemos consultar a nuestro médico especialista  y si se produce algún cambio en nuestra vida como tener fiebre, cambiar un tratamiento, tener dolor articular o cansancio muscular excesivo tendremos que evitar la práctica del ejercicio y volver a consultar con el médico.
Aunque es importante que cada uno elija el tipo de ejercicio que le resulte más atractivo, ya que ese es el secreto para mantenerse constante y no abandonar,  no debemos olvidar que las actividades practicadas en grupo y dirigidas por un profesional  nos van a aportar grandes ventajas, la primera es que nos aseguramos que el ejercicio lo vamos a realizar de forma correcta y bajo supervisión del monitor especializado al que  consultar todas nuestras dudas y al que debemos poner en conocimiento de cuál es nuestra situación física y el estado de nuestra salud. Por otra parte una actividad en grupo desarrolla también nuestra faceta social, poniéndonos en contacto con otras personas que pueden tener situaciones similares a la nuestra y con las que podemos llegar a entablar una relación gratificante.
La práctica del ejercicio físico de forma moderada y continuada conlleva un aspecto psíquico que no debemos olvidar, el ejercicio físico en sí ayuda a generar endorfinas, la hormona de la “felicidad y el bienestar”, por eso después de practicar ejercicio o simplemente de salir a bailar nos sentimos más fuertes, más animados y con ganas de “comernos el mundo” y esto es algo fundamental en las personas que padecen cualquier tipo de enfermedad o se encuentran en medio de un tratamiento.
Otro tipo de ejercicios como los que se realizan en disciplinas como el Yoga, el Thai-Chi o Pilates nos  van a aportar un control de todo nuestro cuerpo en relación con nuestra mente, una capacidad para relajarnos a través de la respiración y  la práctica de ejercicios de relajación y estiramientos, y una elasticidad de toda nuestra musculatura que nos va a permitir eliminar muchos dolores producidos por contracturas, estrés o ansiedad.
Todo esto nos tiene que llevar a pensar que no perdemos nada si comenzamos a practicar ejercicio o si lo retomamos en el caso de haberlo hecho con anterioridad ya que vamos a obtener un montón de beneficios a cambio de un pequeño esfuerzo que en muchos casos resulta realmente gratificante e incluso que nos llevará a no poder prescindir de él en nuestra vida cotidiana.
En la actualidad se están realizando diversos estudios médicos  tratando de comprobar si el ejercicio físico moderado y regular pueden mejorar el estado de salud de pacientes con enfermedad renal crónica, y la realidad es que las personas que realizan ejercicio en la medida de sus posibilidades reducen el riesgo de presentar enfermedades vasculares ( entre el 50 y el 60% de las muertes  de pacientes con insuficiencia renal crónica terminal se deben a causas vasculares) y otra serie de complicaciones que se pueden presentar en estos pacientes y que se deben intentar minimizar: hipertensión arterial, obesidad, diabetes, tabaquismo, sedentarismo.
La conclusión a la que debemos llegar es que incluir la actividad física reglada, sistemática, regular y moderada debería ser un objetivo a conseguir en todos los tratamientos con pacientes de enfermedad renal desde el principio de la enfermedad y de los tratamientos ya que la buena condición física y psíquica de los pacientes será un factor muy importante para conseguir los máximos beneficios en los tratamientos y una calidad de vida indispensable para los enfermos.
Cristina Mérida. (Especialista en ejercicio y salud del programa de TVE La Mañana)


 10/08/2016

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